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Internet se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas. Lo usamos para todo, desde comunicarnos con amigos y familiares hasta ir de compras y realizar operaciones bancarias.
A medida que crece nuestra dependencia de Internet, también lo hace la cantidad de formas en que los delincuentes pueden explotarla para su propio beneficio. Una de las formas más comunes en que los delincuentes explotan Internet es atacando las aplicaciones web.
Las aplicaciones web son los programas que utilizamos para interactuar con Internet. Son lo que usamos cuando queremos revisar nuestro correo electrónico o publicar en las redes sociales.
Debido a que las aplicaciones web son tan comunes y porque son la puerta de entrada a gran parte de nuestra información personal, son un objetivo principal para los ataques.
Hay varias formas diferentes en que los delincuentes pueden atacar las aplicaciones web. En esta publicación, veremos algunos de los ataques más comunes y lo que puede hacer para protegerse.
La inyección SQL es uno de los ataques de aplicaciones web más comunes. Es un tipo de ataque que permite al atacante ejecutar comandos SQL en la base de datos que está utilizando la aplicación web.
Esto se puede usar para eliminar datos o para extraer información confidencial, como números de tarjetas de crédito o contraseñas.
La inyección de SQL generalmente se lleva a cabo enviando una entrada maliciosa a la aplicación web. Esta entrada luego es ejecutada por la aplicación web, sin el conocimiento del usuario.
Para protegerse contra la inyección de SQL, es importante validar todas las entradas del usuario. Esto significa verificar que la entrada sea del tipo correcto y que no supere la longitud máxima.
También es importante usar declaraciones preparadas al interactuar con bases de datos. Las declaraciones preparadas aseguran que los comandos SQL no se ejecuten hasta que se les indique explícitamente que lo hagan. Esto significa que incluso si un atacante puede enviar una entrada maliciosa, los comandos SQL no se ejecutarán.
Cross-site scripting (XSS) es otro ataque común a aplicaciones web. Es un tipo de ataque que permite al atacante inyectar código malicioso en la página web que está viendo el usuario.
Luego, este código es ejecutado por el navegador web, sin el conocimiento del usuario. El código se puede utilizar para redirigir al usuario a un sitio web malicioso o para robar información confidencial, como contraseñas.
Para protegerse contra XSS, es importante validar todas las entradas del usuario. Esto significa verificar que la entrada sea del tipo correcto y que no supere la longitud máxima.
También es importante evitar todas las entradas del usuario antes de mostrarlas en la página web. Esto significa que los caracteres especiales se convierten en entidades HTML. Esto evita que el navegador interprete la entrada como código y garantiza que el usuario vea la entrada como texto sin formato.
La falsificación de solicitudes entre sitios (CSRF) es otro ataque común a aplicaciones web. Es un tipo de ataque que engaña al usuario para que envíe una solicitud maliciosa a la aplicación web.
Esta solicitud es luego ejecutada por la aplicación web, sin el conocimiento del usuario. La solicitud se puede utilizar para eliminar datos o para extraer información confidencial, como números de tarjetas de crédito o contraseñas.
Para protegerse contra CSRF, es importante verificar el encabezado de referencia HTTP en todas las solicitudes. Este encabezado contiene la URL de la página de la que proviene la solicitud. Al verificar este encabezado, puede asegurarse de que la solicitud provino de una fuente confiable.
También es importante utilizar un token único para cada sesión de usuario. Este token se incluye luego en todas las solicitudes que se envían a la aplicación web. Al verificar el token, puede asegurarse de que la solicitud provino del usuario correcto.
El secuestro de sesiones es otro ataque común a aplicaciones web. Es un tipo de ataque que permite al atacante apoderarse de la sesión del usuario.
Esto se puede hacer robando la cookie de sesión del usuario o adivinando el ID de sesión. Una vez que el atacante tiene acceso a la sesión del usuario, puede hacer cualquier cosa que el usuario pueda hacer. Esto incluye acceder a información confidencial o realizar cambios en la cuenta del usuario.
Para protegerse contra el secuestro de sesiones, es importante utilizar una conexión segura (HTTPS) para todas las aplicaciones web. Esto asegura que todos los datos que se transmiten entre el usuario y la aplicación web estén encriptados.
También es importante utilizar un ID de sesión seguro. Esto significa que la identificación es larga y contiene una combinación de letras, números y caracteres especiales. Esto hace que sea mucho más difícil para un atacante adivinar la ID y, por lo tanto, secuestrar la sesión.
La denegación de servicio (DoS) es otro ataque común a aplicaciones web. Es un tipo de ataque que impide al usuario acceder a la aplicación web.
Esto generalmente se hace inundando la aplicación web con solicitudes. Esta sobrecarga hace que la aplicación web se sobrecargue y evita que responda a las solicitudes del usuario.
Para protegerse contra los ataques DoS, es importante limitar la tasa de todas las solicitudes. Esto significa limitar la cantidad de solicitudes que un usuario puede realizar en un período de tiempo determinado. Al hacer esto, puede asegurarse de que la aplicación web no se vea abrumada por las solicitudes y que el usuario aún pueda acceder a la aplicación.
También es importante contar con un sistema de respaldo. Este sistema se puede utilizar para tomar el control si el sistema principal deja de estar disponible. Al tener un sistema de respaldo, puede asegurarse de que el usuario aún pueda acceder a la aplicación, incluso si el sistema principal está bajo ataque.
Como puede ver, la seguridad de las aplicaciones web es un tema muy importante. Hay una serie de ataques diferentes que se pueden utilizar para explotar las aplicaciones web, y es importante estar al tanto de estos ataques.
En esta publicación, hemos analizado algunos de los ataques más comunes y lo que puede hacer para protegerse. Sin embargo, esto es solo una pequeña parte de la seguridad de las aplicaciones web. Hay mucho más que aprender, y le recomendamos que investigue más sobre este tema.
Estos son algunos recursos que puede utilizar para obtener más información sobre la seguridad de las aplicaciones web: